PEQUEÑO LUCA Y EL ARBOL DE PERAS

En un pueblito del campo no muy lejos de aquí, vive un niño al que todos llaman “Pequeño Luca” , y Pequeño Luca, hoy esta muy contento por su gran hazaña tiempo atrás:

Pequeño Luca caminaba por los campos, cuando se detuvo debajo de un árbol de peras al ver una pera en el suelo caída de su árbol, la tomo entre sus manos, y se pregunto.

-¿Por qué ha caído esta hermosa Pera?-, se dijo Pequeño Luca mientras miraba la pera.

Pequeño Luca, se trepo al árbol de Peras y llego a la rama de donde la Pera había caído para investigar lo sucedido, intento colgarla varias veces, pero no pudo, porque el cabo que sujetaba a la Pera de su árbol, ya estaba roto.
-¡eso es!-, pensó pequeño Luca al ver que no podía colgarla.

Pequeño Luca, se preocupo tanto por la hermosa Pera, que le pregunto al bajar del árbol al hombre de sombrero que cultivaba estos árboles, ¿cual podría ser la solución para esta fruta?.

-¿ahora que haré con esta hermosa Pera?-, le pregunto Pequeño Luca al hombre, luego de contarle lo que había sucedido.
El hombre de sombrero reflexiono por unos momentos, y luego le contesto.

-Entonces, deberás comerla-, le dijo.

-Es que me da pena hacerlo porque es muy bella-, le contesto pequeño Luca.

-¡jo!, ¡Jo!, no sientas pena por ella-, le dijo sonriente el hombre de sombrero.

-Veras, la pera es una fruta, y las frutas se comen porque son muy ricas, además, dentro de ella hay semillas, que después se plantan para que crezcan árboles con muchos mas frutos de hermosas peras como esta-, le explico el hombre de sombrero a Pequeño Luca.

-¡claro!, como usted hace señor-, le recordó pequeño Luca
En ese momento, Pequeño Luca recordó como el hombre comía las frutas de los árboles de vez en cuando, para luego, hacer surcos en la tierra y plantar las semillas que estas llevaban dentro, logrando crecer con el tiempo, convirtiéndose en gigantes árboles de la fruta que aquel campesino comiera, porque en esos campos, también había árboles de naranjas y de manzana, Entonces, pequeño Luca sonrió.
-¡Esta bien señor de sombrero, yo la comeré y luego plantare sus semillas!-, dijo Pequeño Luca.
-¡OH!, ¡que bueno!, gracias por plantar las semillas por mi Pequeño Luca-, le contesto alegre el hombre de sombrero a Pequeño Luca.
Y dejando de hablar, Pequeño Luca se comió la hermosa Pera y planto sus semillas haciendo surcos en la tierra.
Así, Pequeño Luca se sorprendió con el tiempo, al ver como las semillas de la hermosa Pera, crecieron y crecieron, hasta convertirse en un gigante árbol lleno de frutas de Pera.
-¡Hola Pequeño Luca!, ¡Hola Pequeño Luca!-, lo saluda el hombre de sombrero al ver a Pequeño Luca jugando, debajo del árbol de peras que el mismo planto.
Y Pequeño Luca, se alegra mucho dando vueltas alrededor del árbol de Peras, porque desde ese día, la Pera, es su fruta preferida. Fin.