HISTORIA NAVIDEÑA

Que ternura mas inmensa pueden despertarnos aveces esos pequeños adultos de tan temprana edad:

- Habian dado las 12 Pm en todos los relojes de la casa, incluso la radio habia dejado de sonar su musica para emitir sonidos aludicos de campanas, y la television mostraba arboles familiares de navidad, de alli, a tan solo 5 segundos mas tarde, habia comenzado el concierto sinfonico de papeles de regalo abriendose con anciedad y a mucha prisa, motivo por el que todos nos dirigimos al arbol a prisa a descubrir la expresion en su rostro.

-Haber que me trajo Papa Noel....Uuuuhhh !!!, que bueno ... mira abuelo que lindo que esta!!!-, Aclamaba el.

-OOooohhh!!!...mira este otro, Fuuoooaaa!!!, ahora voy a poder jugar tranquilo!!!-, Acotaba luego.

-Ah!, este es el mejor..., que bueno, cuantos regalos!!!, "vieron que me porte bien este año"-, Replico finalmente.

Me dirigi muy a gusto rumbo a la cocina, para tomar de la heladera una sidra y proceder a abrirla como es costumbre, sin embargo, conocia demasiado a mi sobrino, como para imaginarme que quizas el, estaba recreando un poco ... una obra de teatro, dado a que por su edad de 8 años, quizas ya habria descubierto la cruel verdad, que otros niños con menos suerte suelen dilucidar sobre este hombre de largas barbas y traje rojo, y por supuesto, desenmascaran luego frente a sus compañeros de colegio.

Luego de brindar todos en la sala, ayude a mi pequeñin preferido, a su pedido, con los obsequios navideños, dirigiendolos puntillosamente como es su afan en todo lo que hace, a su habitacion, fue entonces cuando me confeso:

-Tio!, yo se que te diste cuenta, que yo ya lo se, vi como me mirabas... pero!!... entre nosotros, te puedo pedir un favor?-, Me aclaro mi niño y pregunto luego con mucha claridad en su habla.

- Si?!, decime Flaquito-, Le sugeri por su sobrenombre concediendole la palabra.

-No le digas a los demas que yo ya se que Papa Noel, ( hizo una muy breve pausa),¡ no existe en realidad!-, Me aclaro rotundamente.

-Esta bien!, yo no voy a decir nada, pero decime una cosa, ¡¿porque no queres que se enteren?!-, Le concedi mi complicidad y pregunte luego a esta intriga casi jactandome de la gracia que me probocaba.

-Ay Tio! , ... "Es que tenian todos tantas sonrisas en las caras"-, Suspiro el.

                                                                                                                          

                                                                                                                         Fin.

                                                                                                                          

                                                                       

                                                                                                       ¡ Felices Fiestas!