... -¿Qué...que pasa amor?, ¿no puedes dormir?-, Pregunto Carlos somnoliento.
-Duerme mi vida, duerme, tuve que levantarme por una urgencia mía-, Le aclaro Marta.
-Uff!, estas helada-, exclamo el.
-¿Si?, no lo había notado-, Dijo ella vacilando.
-Si, parece que estuvieras muerta-, Le aclaro su esposo.
-Ay!, no seas exagerado, enseguida me repongo aquí en la cama-, Le señalo la dama.
Marta se tapo hasta el cuello y cerro sus ojos automáticamente, en unos instantes tal como lo había señalado recupero su calor corporal y también, como varias noches atrás había sentido, una extraña sensación de tranquilidad dejándola completamente dormida...
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