El solo se enredo entre sus cabellos, nada importo, absorbio su piel como un buen borbon, y sonrio a media sombra por este impagable exeso, decoro sus piernas con sabanas de saten y sorprendio a sus mas atractivos lunares hacia la boca cautiva, presiono sus pies, adoro su espalda con las manos, y se apodero luego desde la cintura... hasta las caderas, cuando todo termino deprisa, sin pausa y sin asfixia, encendio su cigarrillo, exalo, y arrojo luego una gran bocanada de humo debastado, gris...sin decir adios!
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