lunes, 24 de enero de 2011

De eso no se habla



Tomamos distancia de las cosas y decidimos alejarnos de lo que nos duele, tal vez porque el dolor y la inseguridad quieren apoderarse del resentimiento, convirtiéndonos en la persona que no queremos ser, cuando al fin de cuentas simples, ya no sepamos quienes somos, y el desenlace, se convertirá una vez mas en la memoria avergonzada queriendo salir del cuerpo para vengarnos.

Callamos por no hablar, por no decir lo que los otros no saben, y viven en su vida sin un problema más ante nuestros ojos, eso, solo hasta el momento en que el pensamiento clavo su espada directo en el pecho, - “¿Valió la pena el sacrificio del secreto?”-.
Fue tanta la presión de la inocencia, que terminamos enmascarándola de frustraciones, y otra vez, la misma espada, -“¿Por qué proteger a quienes no supieron decir gracias?”-.
Parecería que la respuesta que lo resolvería todo fuese: -“Por incondicional amor a los otros, a los padres, a los hermanos, los abuelos, a la familia”-.
En este momento mas de un ser viviente se idolatra desde su lugar mas cómodo con la idea de sentirse un héroe de su propia historia, anónimo, muy anónimo, pero héroe al fin, mientras a su vez se creyera de ella, o de el, que su corazón es tan duro como una roca sin ni siquiera preguntarse, ¿Por qué?, y así, en el mismo ciclo de reiteraciones incomodas, es inevitable que la vergüenza retorne, ella, se hizo poderosa por nuestra culpa.
La vergüenza de ser burlados, de no ser creídos, y sobretodo, de la verdad, la que no querrán escuchar ante nuestro juicio desilusionado y sin esperanzas, será la que al salir nos brinde esa felicidad que tanto se necesitaba como solíamos soñarlo.
No asumíamos el riesgo antes por no estar preparados, por no arriesgar lo ya conocido, esos regalos disfrazados de confort a nuestras propias opciones como solíamos vivirlo.
No hablar en su momento, “como dicen”, no es culpa, es vivir equivocados, no ser uno mismo, no dejarse amar por miedo, encerrarse en el silencio y gritar por dentro pidiendo socorro, y ya, cuando todo parece oscuridad y final de un cuento de hadas sin comer perdices, apagamos el TV de esta gran novela, y sonriente el sendero a lo lejos pregunta: -“¿Y porque no lo habías dicho, porque callaste algo así?”-.
Como en sueños renovados, con nuestro rostro extendiendo la comprensión, ¡damos frutos de que si!, hemos hecho lo que nunca supimos íbamos a hacer, “condenar”, la cabeza lo consumió todo durante años, frases infundadas, verdades no absolutas, nos abastecimos de un temor ajeno que no sentíamos, si!, Si!, el temor de siempre, nos disminuimos a una partícula de polvo asegurándonos ser menos que una hoja al viento en pleno otoño, y nos desangramos una y otra vez, y eso, por no tener lo que creíamos necesitar.
Empezamos a enfurecer, florece luego lo peor de nosotros, nuestros demonios de alcoba, y nos comparamos cual ángel sin alas ante ellos.
No comprendemos, -“¿Cómo fue que todo termino así?”-, y simplemente, “ya no lo recordamos”, parece que tampoco importara ante la persona correcta que nos acogió en sus brazos, mas espirituoso, encontrándose nuevamente contigo, superando, madurando un bello “volver a empezar”, siendo dueños, de lo que a sola voz, es una herida menos.





                                                   No te juzgues, amate por sobre todas las cosas.
                                                                                                   Juany Anselmi.


lunes, 17 de enero de 2011

Mi Juego Preferido

Con el filo en la lengua corto el fuego de tu boca
Tu sed se acerca
Pavorosa, taciturna
Llora, gime, tiembla!
Como alondra en lirios
Como cerezo en primavera.
Me abrazas, te pertenezco
Cierro el huerto de mis ojos
La cascada de mis manos
Encendida
Se atormenta de perfumes
De frutas florecidas
Y devoro lo que aun degusto,
La impaciencia, la calma
El sonido de tus volcanes
Y sonríes
Te transformas
Tus montes y praderas.
Sonríe luna húmeda
Otra vez, sol que quema
Que rendido a tus pies
Que marea
Que de todo se apodera
Y me elevo
Y me lleva
Y me dejo
Ya no puedo
Con tu juego, tu osadía
Yo me entrego, tú me guías
Como nubes en el cielo
Abriendo las persianas de mi alma
Y me empapas, yo me adueño
Y te elijo, te protejo
Te llevo a mi guarida
Y te robo los deseos
En mi juego preferido.

lunes, 10 de enero de 2011

"Como La Cigarra"


Maria Elena Walsh
1930 / 2011

domingo, 9 de enero de 2011

La Marca del Pasado

Mientras la mirada perdida descansa y el ruido de las monedas en el bolsillo se hace escuchar al caminar, es fácil poder notar el cambio, mirarnos las manos , luego hacia delante y sonreír , con la cabeza en alto, con alguna preocupación como todo el mundo, o algún alivio porque no!, descubrir las decisiones tomadas, ver como por el retrovisor de un espejo cuanto hicimos y cuanto dejamos de hacer, sumando todo al peso de una balanza maniobrada por una ciega mujer, porque a veces fue necesario, pero cuando tomamos aquella decisión de unir, a alguien, a algo, que gratificante saber que fue uno participe de esa definición en un partido sin rivales, Si!, volvemos a elevarnos junto al alma engrandecida de una “buena decisión”, hasta le damos gracias a la mucha o poca experiencia que nos obsequio la elocuencia o la palabra, la que sonó en algún oído, la que se dijo o la que se escribió.
Siempre supimos en lo mas profundo del corazón cuando nos iluminamos a pensar, a repasar las paginas de nuestra historia sin celos, sin resentimiento, sin codicia en los ojos, estando únicamente con nosotros mismos, que las decisiones “cuando dividen” , no son buenas decisiones, pero talvez , alguien, o uno mismo, y sin excusas, se lo debe a la marca del pasado.


Participacion en Antologia

Participacion en Antologia
Obras: Aqui , Sonrie.

COMPLICE PUDOR

HAS PENSADO ... ¿CUANTAS LUNAS AZULES DARIAN TUS OJOS POR UNA DE LAS ESTRELLAS EN MI MIRADA? ... PUES SI, SIENTES QUE LA RESPUESTA ES EVIDENTE, Y CUANDO AMANEZCA EL CANTO DE LAS AVES ABRIGADO EN TUS BRAZOS, NO ME DEJARAS SONREIR, OCULTARAS LA FELICIDAD DEL CUERPO ATRAPANDOLA CON TUS BESOS EGOISTAS ... DE DELIRIO Y AMAPOLAS ... Y NO TE LO DIRE, ¡YA SABES DEMASIADO!