Si alguien quisiera entregarme su corazón y fuera correspondido, en ese caso, utilizaría los zapatos de vestir, formales, serios, altivos y con un dejo de soberbia, y en esta ultima, para que sepa también, a lo que realmente se enfrenta y cuales podrían ser sus consecuencias, las buenas, y las malas, recordando claro a los audaces, que solo buscaban algún hechizo de luna, calzados en su par de zapatos deportivos, y nunca dejando de lado a los apasionados pero fugaces, dentro de sus encantadores calzados “elegante Sport”.
Un amor loco y apasionado, un juramento, un baño dentro del río bajo esa luna, una comparsa y carnavales, y un beso taciturno robándote el aliento, y junto al viento, de su mano; Recuerdo que un día como ese, llevaba puesto en mis pies , unas botas baquianas de gamuza marrón de ¾ de alto, con punta redondeada y algo de taco en su talón, resultando ideales a mi empeine desarrollado y a la firmeza que este tipo de material le brindaba a mi decidido caminar , marcando bien el paso y creando la estrecha postura para que mi frente siempre se mantuviera en alto, a lo cual mi columna arqueada, estuvo muy agradecida. Aun las conservo, y las uso, no tanto como desearía por la timidez que me caracteriza y por el dificultoso asfaltado citadino debo reconocer, y es por eso que para y por placer propio, ellas se conservan, ¿Cómo decir?, ya lo sé, “Como Nuevas”.
Y la sonrisa de un ángel estuvo a mi lado, y estará a mi lado, aunque no se si pueda decir para siempre porque eso, ya, “no lo se”, y confieso sea eso, lo que mas me divierte, aunque todo esto y vuelvo a repetir, limitada muchas veces, pero la he tenido, fue una suerte saber donde detenerme, y no a descansar, sino a descalzarme, porque si bien podría ser cierta esta Vana teoría en la que un calzado podría definirnos como individuos, jamás dejamos de ser nosotros mismos, los que nos definimos como personas despertando en otros brazos, siendo así, como elegir por ejemplo…¿Qué calzado llevar puesto hoy?.
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