La Clave Maestra

Los malos momentos pueden traer consigo dolorosas tristezas, lo único que quedará siempre entonces, será aquella buena y lejana memoria de tiempos felices, un rayo de luz, un toque particular, y la vieja y usada puerta del salón de lo ajeno, donde uno, nunca será el culpable de su propio destino; aunque una gran verdad lo mencionado, también una gigantesca ironía, de modo que Merlín, solo ha sido una historia mas de la literatura espaciosa en el estante de una mágica biblioteca.

Lo importante, es llegar a la meta, y evaluar las prioridades siempre significa un buen comienzo, que evite tal vez, más de un paso fallido en un camino plagado de numerosas postas.

Tal como seguir la convencionalidad de toda una vida impuesta o adquirida, los deseos propios no deben interferir más que para ser cumplidos, y aunque sea sobrado el motivo, bueno es saber, que se hará por el bien propio sin interferir en el bien de otro, para no cargar culpas ni conciencias no tan libres, ¡y si!, descubrirla a si misma como, “La Clave Descifrada”.

Dejar de soñar y despertar a la vida es un impreso juego de esfuerzos, verdad es, que en varias ocasiones se torna repetitivo, y los concejos amenos aunque muchas veces sinceros, no los tomes como algo personal, es por evidente claridad que esas palabras, no te llevan bajo la piel, cuando una sonrisa mas en su lugar, se tornará un problema menos.

Variar, ser diverso, dual, no dejarse confundir por comodidades seductoras, es un encanto único e irrepetible, como el tiempo, que en su tiempo no será más que material para el alma, que habrá dejado vivir, tanto como los abrazos merecidos por ello, inclusive, si en el paso de los años te has acostumbrado a no aceptarlos, o el llanto que relajo un día tenso… y todo, por animarse.

Para todo será necesario el permiso, eso es un hecho, y en su lecho, emanará lo propio, y también la ira ocupará lugar, que aunque luego no guste, no es debate con un restante mundo, porque a veces, nombrará de un golpe brusco las soluciones, ante nuestras oscuridades, y en el terminar de un tomentoso aguacero, no tendrá que dejar de gustarnos ese error tan completo en su cosmos, que nos demostró ser “Tan” humanos, como para admitirlo. Así, Cuando los momentos futuros se presenten, si estamos atentos, los recibiremos sin impaciencias ni excusas, y de no suceder, un nuevo banquillo no se tallara de victimas.

Acostarse a dormir, tomar un baño, alimentarse, buscar actividades, tener un trabajo, y confeccionar una lista a tu propio antojo era la razón, porque si tu mismo no lograbas hacerte feliz, fue probable dormir en vida un centenar de cuentos encantados, y no darse a razón de cuentas lo suficiente, que estar entretenidos era tal vez, la clave en su total, de los cinco sentidos.