He llegado a comprender, que
decir, -Hola-, nunca esta demás, aunque también, -Adiós-, tampoco será en vano.
No dejar de mencionar cuanto amas
podrá salvarte la vida innumerable cantidad de veces, y sentirles sonreír a
aquellos que te rodean transformara momentos compartidos en bellos milagros
inesperados, la respiración ajena se hará entonces su salvación, tu recompensa,
y sabrás que al menos ese día, los ojos obtendrán por la victoria, su
inimitable brillo en la clandestinidad; Demostrarlo, aun mas significativo
todavía, se disfrutara en la intensidad con la que tus brazos sean capaces de
estrechar la unión, en la amistad, la bondad, lo filial…en el amante, ese
pasajero misterioso, que en mas de una ocasión descarrila senderos y se vuelve
absoluto, y en su consecuencia, divertido; Será todo degustar la inmensidad,
pero de la mano al amor propio, y al permiso, a la vida, como correr cual si
nunca hayas corrido, como la primera vez…en algo, solo porque si.
Nada es eterno, siempre es
presente, el futuro desconocido, y el pasado ya ha sido; somos todos turistas
en un viaje plagado de circunstancias y causalidades, y eso estará situado
cuando el mismo nos destine al final de su recorrido, cuando en el tiempo a su
ley, se encenderá la llama de alguna antorcha, incitando a sabiendas, de no ser
el único, sino alguno, de tantas bitácoras de planes diseñadas por el universo,
como crecer, como volver a ser niños, como…soltar amarras en un gran navío.
No se logra lo que no se propone,
y no es valido lo valioso si su precio, no se encuentra en uno mismo, en cuanto
pasa, su peso, en cuando sucede, y llega, y se torna acontecido y de ser como
aquel, que vive siendo uno mismo, logramos lo infinito premiados con sueños
irreverentes, concedidos, como encaprichados con no hacer daño y recibir
honores por mil duelos, vislumbrar el día como un juego, y de noche,
resguardados al fin, descansar desentendidos.
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